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Ahlam Chtouki hamido

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Aquí se todo noche en el museo ,Un T-Rex a punto de abalanzarse sobre su presa, bisontes pastando en las praderas, meteoritos milenarios… ¡Nos vamos a visitar el Museo de Historia Natural de Nueva York!

Si tú también tienes pensado explorar esta institución del Upper West Side, toma nota de todo lo necesario: precios, entradas, salas emblemáticas que no puedes perderte en una primera visita…Qué es exactamente el American Museum of Natural History (o AMNH) y dónde está situado? Este museo:

Está situado junto a Central Park, en el barrio del Upper West Side. Es un museo gigante: de sur a norte, se extiende desde la calle 77 hasta la 81, y de este a oeste, entre las avenidas Columbus Avenue y Central Park West.
Aunque a primera vista pueda parecer un solo edificio, en realidad está compuesto de varios edificios y anexos conectados entre sí.
Eso hace que, a veces, orientarte sea un poco confuso… ¡nada que no arregle el mapa que te darán al entrar!
Sus más de 45 salas de exposiciones están dedicadas a animales, plantas, fósiles, minerales, meteoritos, culturas del mundo… Y, además, el museo cuenta también con un planetario, llamado Hayden Planetarium.
El primer edificio del museo se inauguró en 1877. Theodore Roosevelt Sr., el padre del presidente estadounidense Theodore Roosevelt, se cuenta entre los fundadores. Su hijo, ávido naturalista, también guarda una estrecha relación con el museo.
Si estás acostumbrado a museos modernos, es probable que el Museo de Historia Natural de Nueva York te resulte algo anticuado.
Aunque tiene zonas más actuales (como la dedicada a la Tierra y el espacio), en general es un museo de salas cavernosas y oscuras donde los animales disecados parecen contemplarte desde los dioramas.
Y, de hecho, hay exposiciones, como una de 1939 que representa un encuentro entre los colonos holandeses y los nativos Lenape, que el museo ha tenido que revisar por la visión estereotipada y problemática que transmitían.
A pesar de sus casi 150 años de historia, a nosotros nos parece que el museo aún consigue despertar ese asombro infantil que a veces tenemos dormido.
Y, por supuesto, ¡es un plan genial si viajas a Nueva York con niños!