Mayali13

El pabellón está en obras y no luce como suele ser habitual. El personal es amable, pero la organización es un auténtico desastre. Colas para un lado, colas para otro. No hay ni un solo banco o lugar donde la gente pueda sentarse y descansar mientras espera su turno de entrada, ni siquiera en las escaleras de la entrada, porque los responsables de seguridad te lo impiden; una vergüenza.
El guía sólo habla inglés y como había pruebas de sonido para un concierto de música ese día, no se le oía absolutamente NADA. Al entrar al tour puedes escanear un código QR para cubrir la visita en varios idiomas. No hay baños para el público hasta que no accedes a la visita guiada.
Todo muy a la carrera sin dejar disfrutar a los visitantes de las fotos y de la información disponible en las paredes. Hay señal wifi y una tienda de ropa que no es precisamente barata.
Ni siquiera dejan pasar al mini vestuario de los jugadores. Muy desilusionante, una pena.
Mejor reservar el día antes

El museo es gigantesco. Si te gustan este tipo de cosas, puedes pasar el día entero dentro; inacabable.
Limpio y muy organizado.
Muy, muy concurrido. No hace falta reservar con anterioridad, no te piden esa gestión.
Merece la pena.

Por la noche es espectacular. Dos alturas para poder hacer fotos; una acristalada y la de más arriba no. Muy concurrido, así que sacamos la entrada y volvimos por la noche. Uno de los mejores miradores de la ciudad.

Fantástico parque para descansar, leer, escuchar música o tumbarte un poco en la hierba. Hay gente bailando, tocando instrumentos, pintando, etcétera. Merece mucho la pena ir. Hay baños públicos, aunque la limpieza deja mucho que desear. No hay señal wifi.

Todo muy cuidado y bastante limpio. Un lugar agradable para pasar el rato. Gran lugar para los amantes del tenis.