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9 reseñas sobre 1 lugares
Restaurante de comida asiática, muy sencillo y humilde, con tres especialidades: cerdo asado, pollo asado y pato. Todos tienen un sabor dulzón muy bueno. Puedes pedir dos tamaños de tupper para llevar, pequeño (vale unos 5-6$) y grande (vale unos 7,5$). En todos ellos tendrás plato combinado en el que viene una de las carnes con arroz y repollo. Está buenísimo.
Tienen refrescos por el precio de 1$.
Solo aceptan efectivo.
No tiene espacio para comer en su interior, pero si lo pides, te darán cubiertos de plástico y podrás comerlo en el parque de enfrente por ejemplo.
Siempre suele haber una larga cola en la puerta, pero merece la pena esperar.
En general, buena relación calidad, precio, sabor. Lo recomiendo.
Tribeca Park
2022 Jul 07
Pequeño parque entre diferentes carreteras.
Tiene algunos bancos para sentarse y fuente de agua potable, además de vegetación y árboles. Es ruidoso por su ubicación. Si necesitas hacer una parada corta es un buen lugar.
Pumphouse Park
2022 Jul 07
Parque y zona muy agradable en el distrito financiero. Tienes multitud de bancos en los que poder relajarte y disfrutar del entorno.
Cuando lo visitamos no había demasiada gente, por lo que se respiraba tranquilidad y calma.
Totalmente recomendable visitarlo cuando florecen las hortensias, estaba precioso (a primeros de julio estaba en todo su esplendor).
Merece la pena acercarse a este lugar si tienes tiempo.
Museo del Holocausto en Washington DC está ubicado en la zona sur del gran parque. Puedes llegar fácilmente en metro o caminando.
La entrada al museo debe ser reservada con antelación (como mínimo un mes antes para que haya tickets disponibles). Si no haces la reserva normal, siempre te quedará intentar la reserva de emergencia el mismo día de tu visita; a las 7am ofrecen una serie de entradas para cada franja horaria del mismo día. Tendrás que pagar 1$ por cada entrada reservada vía online.
A la llegada al museo, solo podrás entrar dentro de tu franja horaria o en los 15 minutos de antelación con los que te recomiendan llegar.
Pasarás el control de seguridad y listo para disfrutar del museo.
A la entrada de la sala principal te darán una cartulina impresa con la historia de una persona real que vivió el Holocausto. Esto nos resultó interesante.
La exposición te relata los hechos sucedidos durante aquella época.
Es cierto que, frente a otros museos visitados en USA que hablaban de esta temática, sentimos que la información (en este museo) en algunos casos puntuales no se ajustaba muy bien a la realidad...
Teníamos las expectativas muy altas y no se cumplieron... Nos faltó ver más objetos reales que te hagan vivir, aprender y estar más cerca de aquella tragedia.
No aporta mucho más de lo que puedas ver, leer o informarte en internet, la verdad, y eso nos resultó un poco decepcionante.
Una parte que me dejó en shock fue la maqueta de las cámaras de gas y la descripción del proceso que vivían en su interior... Al igual que todos los relatos de la gente que sobrevivió a la tragedia... Es duro.
La exposición permanente se reparte en varias plantas. Hay ascensores y baños.
Eché de menos que hubiera bancos o asientos en las zonas de vídeo o entre las zonas de lectura (como suele haber en otros museos).
No pagas prácticamente nada, así que es un punto muy positivo para fomentar el aprendizaje y la cultura.
No es un museo muy interactivo, así que prepárate para leer. En general no está mal y creo que está bien visitarlo (siempre aprendes algo nuevo), pero no sería de mis prioridades.